Plantar lavanda, al ser una de las plantas aromáticas más importantes, no puede faltar en nuestro huerto. Sus utilidades son múltiples, y sirve tanto para atraer polinizadores, para la salud por sus propiedades antisépticas, antiinflamatorias, digestivas y relajantes, como para repeler moscas y mosquitos.
También es destacable el uso doméstico, como repelente de mosquitos y repelente de moscas en casa, colocándola junto a la ventana, como por su uso para espantar otro tipo de insectos como polillas, y al mismo tiempo aromatizar cajones y armarios.
Poda de la lavanda
Pero hoy no vamos a hablar de todos los usos posibles de esta planta sino de cómo y cuándo podar la lavanda.
Cuándo podar lavanda
Durante el primer año de vida de nuestra planta no será necesario realizar la poda. A partir del segundo año será cuando podar la lavanda sí lo sea. Se trata de una poda de mantenimiento, para evitar que las ramas envejecidas afecten su crecimiento.
Por tanto, es una poda para estimular y sanear la misma, y un modo de prevenir el ataque de hongos como la phoma (Phoma lavandulae) o el moho gris (Botrytis cinerea), que pueden llegar a dañar mucho esta planta.
Hay dos periodos de poda de la lavanda, y siempre se debe realizar antes o después de la época de floración. Nunca se debe podar la lavanda cuando está en flor. Además, es muy importante no hacer podas agresivas, ya que la lavanda podría dañarse seriamente y no llegar a recuperarse.
Una de las podas la haríamos a principios de primavera, en el momento previo a que la planta saque los tallos florales. La otra poda se haría en otoño, justo después de la floración.
Cómo podar la lavanda
Antes de comenzar con el proceso y ver cómo podar la lavanda, es importante distinguir tres partes fundamentales de la planta que afecta además a la forma de podarla.
A medida que crece, sus tallos se vuelven leñosos y tiende a perder las hojas. Esta parte es importante dejarla siempre bien aireada y libre de hierbas para evitar pudriciones.
Luego está la parte verde que es donde están todas las hojas y es la que debemos podar y recortar. Y por último, los brotes o tallos florales que salen de las ramas más jóvenes y no de los tallos leñosos.
Es muy importante saber que nunca debemos hacer podas muy drásticas y menos que lleguen a la parte leñosa, porque podemos matar la lavanda. Es de esta parte leñosa no salen nuevos brotes. Siempre que podamos debemos hacerlo de la mitad de la parte verde hacia arriba.
La poda de primavera es más suave y la función de esta poda es estimular el crecimiento de la planta, mientras que la poda de otoño será un poco más fuerte. En esta segunda poda quitaremos los tallos florales secos, y equilibramos la planta. Aunque también podrías hacer al revés. En este video tienes todo explicado de forma muy visual.
Lo primero que debemos hacer es desinfectar las tijeras de poda que vayamos a usar. Como se ve en el vídeo yo lo hago con alcohol, tanto para las tijeras como el cortasetos. Ahora sí, veamos cómo podar la lavanda.
Poda de la lavanda paso a paso
Si nuestra planta no es muy grande, como en mi caso y nos da un poco de miedo hacerle daño a la misma, podemos usar las tijeras de poda, yendo rama por rama. Iremos quitando los tallos florales que han muerto y los tallos que aún no han florecido estos últimos los debemos quitar desde la base, para estimular la ramificación y floración el siguiente año.
A medida que vaya creciendo, nuestra planta tiende a perder las hojas en las partes menos iluminadas del interior de la copa y la parte baja de los tallos. Es por ese motivo por el que vamos a realizar otra poda.
Con el cortasetos nos ayudamos a cortar los extremos de las ramas. Rebajamos unos centímetros todos los extremos de la ramas para favorecer una densidad de copa, dejando como mínimo unos 5 o 6 centímetros de zona verde de la zona leñosa.
Los brotes que hayamos podado no los tiramos, ya que los podemos utilizar para hacer esquejes y de esta manera tener más plantas de lavanda.
Queda una tercera poda, la cual podemos llevar a cabo en cualquier momento y tantas veces como sea posible. Se trata de una poda de la lavanda de mantenimiento sanitaria, para quitar las ramas rotas, muertas y enfermas, y de esta manera evitar que estas ramas dañadas puedan afectar a toda la planta. Secar lavanda será más sencillo.
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