Cómo y cuándo plantar la oca o ñame andino en el huerto

La oca, también conocida como ñame andino, es un tubérculo originario de los Andes, especialmente popular en países como Perú, Bolivia y Ecuador. Este cultivo ancestral es apreciado por su resistencia, su sabor peculiar —una mezcla entre lo ácido y lo dulce— y su versatilidad en la cocina, ya que se puede consumir cruda, cocida o encurtida. Además, es una excelente opción para quienes buscan diversificar el huerto con cultivos poco exigentes pero altamente productivos. Gracias a su rusticidad, la oca puede adaptarse a diferentes condiciones siempre que se cumplan ciertos requisitos de suelo, clima y cuidados básicos.

Cuándo plantar la oca

Aunque la oca es un cultivo resistente al frío, el momento óptimo para plantarla es a finales del invierno o comienzos de la primavera, cuando las heladas comienzan a disminuir y la temperatura se mantiene más estable. Plantarla demasiado temprano puede retrasar su germinación o exponer los tubérculos a daños por heladas. En climas templados, marzo y abril suelen ser los meses ideales para iniciar su cultivo en exterior.

Cómo plantar la oca

La siembra de la oca es muy similar a la de la siembra de la patata. Se pueden plantar tubérculos enteros o troceados, siempre que cada trozo tenga al menos una yema visible. Los tubérculos se colocan en hoyos de entre 5 y 7 centímetros de profundidad, con una separación de 30 a 40 cm entre plantas. Se recomienda tumbar el tubérculo en el hoyo para facilitar su desarrollo. Tras la siembra, se cubre sin presionar demasiado y se aplica un riego inicial abundante para asentar el suelo y estimular la germinación, que puede tardar entre 10 y 15 días.

Cuidados del cultivo

La oca es un cultivo de bajo mantenimiento. Una vez establecida, solo requiere riegos moderados, eliminación ocasional de malas hierbas y observación para prevenir encharcamientos. Puede asociarse con cultivos de hoja baja como espinacas o acelgas, o con leguminosas como guisantes o habas, que mejoran la estructura del suelo sin competir por nutrientes. Además, cubrir el suelo con mulch puede ayudar a conservar la humedad y evitar el crecimiento de malezas.

Suelo

Al ser un tubérculo, el ñame andino necesita suelos sueltos, bien drenados y ricos en materia orgánica. En suelos arcillosos o compactos, el crecimiento de los tubérculos se ve limitado y la cosecha será pobre. Es recomendable enriquecer la tierra con compost o estiércol maduro antes de la siembra, lo que favorece tanto el drenaje como la nutrición. Evita los suelos con mal drenaje, ya que el exceso de humedad puede provocar la pudrición de los tubérculos.

Clima, temperatura y exposición solar

La oca prefiere climas templados y frescos, similares a los de las zonas altas andinas. Tolera bien las bajas temperaturas, pero su desarrollo óptimo ocurre con temperaturas diurnas entre 15 °C y 25 °C. Requiere muchas horas de luz solar directa, por lo que debe ubicarse en zonas bien expuestas al sol durante al menos 6 horas al día. En regiones de veranos muy calurosos, conviene plantarla en áreas ligeramente sombreadas durante la tarde.

Riegos

El riego debe ser regular pero moderado. Lo ideal es regar una vez por semana, o cada cinco días en climas más secos. Es fundamental evitar el encharcamiento, ya que esto puede dañar o pudrir los tubérculos. Durante las primeras semanas tras la siembra, los riegos ayudan a mantener una humedad constante para favorecer la germinación.

Beneficios para el huerto

La oca es un cultivo beneficioso para la rotación en el huerto, ya que no pertenece a las familias más comunes como las solanáceas o cucurbitáceas. Su rusticidad la hace ideal para rincones del huerto poco aprovechados. Además, su asociación con leguminosas mejora mucho la calidad del suelo.

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